¿Cómo debo interpretar esta imagen? La encontré en LinkedIn y me dejó sin palabras. No es la primera representación conceptual –exageradamente simplista de la conducta humanan– que me ofrece esta plataforma. Insinúa sobre cómo se forma, se educa, se producen líderes, seres humanos. ¿Será tan simple cómo esta explicación?

Varias veces he escuchado historias realmente seductoras, emprendedores que empiezan sin nada, en un garaje y luego el éxito llega merecidamente. Tal vez ya lo has leído o escuchado en varios sitios. ¿Empiezan realmente sin nada? Qué cosas no tuvieron a disposición Jennifer Lopez, Mark Zuckerberg, Warren Buffet, Jeff Bezos y tantos otros exitosos, hoy multimillonarios.

Durante años, nuestro sistema de gestión de la calidad fracasó. No solo porque se limitó a cumplir normas y requisitos. Algo peor.

Hace tiempo que las personas me califican de criticón. Y me lo dicen como si fuera un defecto, una incomodidad que conviene evitar.

Seguimos creyendo que algunos somos mejores que otros, que abrimos la boca y enunciamos la verdad, que nos merecemos más que otros.

Dos promesas que cruzan la existencia humana; Economía y Democracia. Pilares centrales pero fallidos de la sociedades y naciones del mundo.

¿Cómo y por qué ocurre esto de opinar sobre lo que no conocemos, especialmente sobre los demás?

¿De qué depende la productividad? Sirve reducir las horas o tal vez es mejor aumentar el sentido?

¿Cómo están funcionando las ideologías económicas para el progreso de las naciones? Parece que no hay caminos a seguir...

¿Qué sucedería si empezáramos a considerar las asimetrías, desigualdades que existen en los modelos del management?

Nuestra Educación, ¿depende solamente de la maestra, la escuela, un ministerio? Grave error el mío.

La maestra forma en aula, cuando grita educa. El niño aprende y cuando va al baño descuidado de la escuela, también se educa.

¿Ingresar a lo desconocido sin antes haber solucionado nuestros propios embrollos económicos, administrativos?

Me enviaron por WhatsApp esta imagen y me surgieron preguntas.

No son pocas las horas, los días, meses y años en que convivimos relacionándonos con nuestros compañeros de trabajo, jefes y subordinados.